La conexión del Manzanares hacia el sur
hasta enlazar con el Parque de la Gavia puede también adquirir en el futuro el
carácter estructurante como “Casa de Campo Sur”, pero sobre todo en los años
por venir, en que esté vigente Plan General Revisado, no debe perderse la
oportunidad de integrar, en una estructura ambiental de primer orden, la
secuencia de espacios libres que arranca en al norte del Manzanares y que desde
la Ciudad Universitaria, a través de la Dehesa de la Villa, el Parque de la
Ventilla y el Parque Rodríguez Sahagún, alcanza el Parque Norte, en las
inmediaciones de la Castellana.
Por medio de la construcción de pequeñas
infraestructuras de enlace, la continuidad entre estos espacios es una
aspiración no solo deseable, sino posible y razonable. Madrid, a pesar de la
potencia y dureza de sus infraestructuras viarias, sigue estando ordenada
por la huella profunda de su sistema de arroyos y cauces. El Abroñigal
(M30-este) y la Castellana, han pasado de ser lechos de arroyos a ejes de conexión
en los que el arbolado se puede incorporar como elemento distintivo y
humanizador. El Corredor Verde del Norte propuesto
pertenece también a esta familia de surcos que antecedieron a la ocupación
urbana e integrará los barrios del norte de Madrid hasta conectarse con el
parque lineal de Madrid-Río, sumándose a una red de gran escala que ha de
incorporar también la Casa de Campo y la Cuña Verde de Latina.
Fernando Porras-Isla
No hay comentarios:
Publicar un comentario