El Plan en Avance
desatiende todo escenario de planificación que no sea el de crecimiento económico y poblacional sostenido
e ininterrumpido, extendido desde su aprobación, a los cuatro a cinco
mandatos/cuatrienios, 2016-2031, para un mundo inafectado de crisis, para los que se elabora,
dejando inabordados los problemas urbanísticos propios y característicos del
estancamiento y la falta de crecimiento, ignorando la experiencia reciente de
los 16 años en revisión.
El único
crecimiento poblacional posible considerado, el de migrantes económicos
transnacionales, lo vincula al crecimiento del PIB, en lugar de al del empleo,
y extrema la previsión de disminución de tamaño de los hogares, que acentúa,
desatendiendo a las capacidades económicas de estas poblaciones. Cualquier otro
escenario, para tan dilatado periodo, carece de previsión urbanística.
No ofrece
justificación al dilatado periodo de planificación elegido, de más de cuatro
cuatrienios, en tiempos aún tan cambiantes, de orientaciones por asentar y
consolidar.
Alcanzar un grado
o cantidad de anticipación suficiente sobre las evoluciones demográficas,
económicas y de precios, y duraciones de la producción urbana, tiene que ver
con los tiempos de su manifestación y la duración de los procesos de producción
que hayan de darlas respuesta.
La mejora de la
producción urbana que la planificación se propone, no necesita vislumbrar ni
determinar futuros a tan largos plazos, que abunden en su incertidumbre, sin
aportar mejoras productivas.
DEMANDA
FUTURA DE VIVIENDAS Y DE SUPERFICIE CONSTRUIDA PARA ACTIVIDADES ECONOMICAS. Estudio de Viabilidad y Sostenibilidad Económica. Avance
–EVySE-Av-RPG97
Previsiones
cuantitativas. El modelo de previsión.
“El documento de
AVANCE –EVySE-2.2.5 A-21/60-, cuantifica la demanda futura de viviendas y
la de superficie construida para actividades económicas a partir de cuatro
parámetros independientes, a saber:
- Las
Tasas de variación del PIB,
- La
evolución de la productividad aparente,
- La
evolución de la superficie ocupada por empleo,
- La
evolución del tamaño medio del hogar.
“El modelo –de
previsión- diseñado, -dice el AVANCE-,
parte de una previsión sobre la evolución del Producto Interior Bruto de la ciudad de Madrid, de la que se
obtiene, por una parte, el empleo equivalente a tiempo completo y, en función
del mismo, la demanda de superficie construida para actividades económicas, y
por otra, la evolución de la población, el incremento de hogares y la demanda
neta de viviendas”.
Justifica, el
Avance, la adopción de este modelo, en la consideración de que:
“….., los
factores extrademográficos llegan a ser más relevantes que los estrictamente
demográficos (pirámides de edad, mortalidad, fecundidad etc.) y en el caso de
Madrid municipio parece claro que los futuros crecimientos o decrecimientos
demográficos van a depender del clima
económico general”.
“En cualquier
caso, dice el Avance, lo que cabe enfatizar, como idea conductora de todo este
epígrafe, es que el clima económico (en
concreto la evolución del PIB) es el factor explicativo central de la evolución
pasada, y por tanto esperada, de la población, de las viviendas, de los empleos
y de la ocupación de edificaciones para actividades económicas en la ciudad de
Madrid”.
Con independencia,
sin embargo, de que no quepa, en modo
alguno, compartir la exclusión de las migraciones en general, y las de causa
económica en particular, de las consideraciones demográficas, y dejando
temporalmente de lado las opacidades y carencias de aceptación, de los procedimientos
de cálculo expuestos por el Avance, o la convergencia de sus conclusiones con
supuestos autónomos y no congruentes, lo que para la ordenación urbanística
adquiere mas relevancia es que:
El modelo urbanístico
de crecimiento físico, ni puede ser, ni puede resultar, en modo alguno, ni indiferente,
ni incongruente, en su concreción reguladora, con las magnitudes globales y
escalas del crecimiento considerado, la extensión y duraciones temporales de
estas magnitudes y escalas, o los tempos de producción, congruencias que
reflejaran y acabaran por poner de manifiesto, la verosimilitud o
inverosimilitud, de las previsiones con las que se proponga justificarlo.
“Por otra parte, -dice
el Avance-, parece que hay bastante unanimidad en considerar como irrepetibles las tasas de crecimiento del
último periodo de auge muy influidas por una hipertrofia financiera que no
es previsible, ni deseable, que vuelva a experimentarse en un futuro próximo”.
PIB, crecimiento de empleo y hogares
El Avance de
Revisión, construye pues, finalmente, y en definitiva, sus previsiones de
extensión y crecimiento territorial, y la viabilidad de estas, sobre las de
crecimiento del PIB–OCDE-, y las correlaciones, por el Avance modelizadas, entre
este crecimiento del PIB-OCDE- y el de la población y la formación de Hogares,
correlaciones a las que cabe hacer las siguientes consideraciones:
La única
hipótesis o escenario analizado por el Avance es, sin embargo, la de un crecimiento sostenido del PIB, de 3
quinquenios -2016-2031-, hoy no sustentada por ningún análisis fundado de la
evolución de la encomia mundial a tal plazo, ignorando que en la experiencia de los 16 años de vigencia del Plan que
se revisa han tenido cabida, un estancamiento, 1997-2000, un auge, excepcional,
2000-2009, y una recesión sistémica 2009-2013, aún inacabada. Que menos que
planificar los 16 siguientes sin ignorar esta experiencia.
Las correlaciones
que la modelización del Avance establece entre población, empleo y PIB, basada
en el antecedente periodo de burbuja, con PIB creciendo con crédito y
producción inmobiliaria en expansión, no son aplicables a el deseable
crecimiento, aún no manifestado, basado en sectores no inmobiliarios y sin
expansión del crédito.
Crecimiento
económico, crecimiento del empleo y crecimiento del ingreso disponible y
capacidad de gasto y endeudamiento de las familias y hogares, guardarían
distintos tipos de correlación con el crecimiento del PIB, sin que, en ningún
caso, crezcan o se deterioren al unísono. Desde mediados de 1980, la relación
entre crecimiento y ocupación se encuentra rota, ya no hace falta más ocupación
para generar más PIB.
La migración
económica, regular, no la que intenta tener lugar a través del estrecho, Ceuta,
Melilla, o Lampedusa, es dependiente de la creación y oferta de empleo y de la
disminución del paro. No es la recuperación del PIB, sino la del empleo, la
determinante de las migraciones económicas, y los crecimientos de estos, PIB y
empleo, pese a sus evidentes correlaciones, no son lo mismo.
Para que la
migración económica masiva regular, la que pueda restablecer el crecimiento
demográfico, vuelva a tener lugar, la tasa de paro habría de reducirse del
>26% actual, a <10%. El mercado de trabajadores esta limitado, además,
por la reducida movilidad, derivada del vínculo a la zona de residencia en
propiedad del trabajador.
El empleo depende
de la estructura de valor del PIB, y de los costes laborales. Economías como la
española presentan una estructura de PIB de valores bajos y medios, y la muy exigente,
por globalizada, competencia en costes salariales, reduce directamente el
ingreso disponible y las capacidades de pago inmobiliario de los hogares.
España tiene un
PIB con baja participación de innovación y
muy elevada de actividades estacionales. 1/3 del PIB procede de la
construcción+turismo+hostelería+automóvil, sectores, salvo el del automóvil, de
elevada estacionalidad, y temporalidad, que prefiguran un mercado de trabajo
muy cíclico.
Esta economía
solo ocupa población activa cuando hay altos índices de crecimiento, y cuanto
mas se crece, más se crea. Construir, o no, una vivienda supone crear, o no,
2,5 empleos. Este modelo necesita crecer a tasas >2% para crear empleo,
tasas de crecimiento ni pronosticadas ni alcanzables en la situación actual. El
crecimiento de la salida de la crisis, no será ya general, y quedará limitado a
ciertos subsectores.
En la primera
década de este 3º milenio, el PIB aumentó por el crecimiento de la deuda, por
el endeudamiento de financieros, empresas, familias y gobiernos, por encima de
sus capacidades de obtención de ingresos. El BOOM de crédito, iniciado en
2001, “financiero>inmobiliario>bancario>bursátil>crediticio>asegurador”,
detuvo el aumento de paro a costa de endeudamiento
El sustento del crecimiento en el consumo, y el del
consumo en el endeudamiento, esta limitado por el agotamiento de las
capacidades de endeudamiento de Estados, Empresas y Hogares, que determinaron
su suspensión y parálisis. El endeudamiento de financieros y empresas dificulta
la concesión y obtención de financiación, agravando y prolongando la crisis y
la recuperación del empleo. La vía para ahorrar recursos y reducir el
endeudamiento es el aumento de productividad, con utilización cada vez menor
del factor trabajo, cada vez menos necesario.
Desencadenada la crisis en septiembre de 2007, la
aceptación de su envergadura sistémica no llega hasta mayo de 2010. Hay amplios
registros y consensos sobre las duraciones históricas de crisis, no
coyunturales, sino de naturalezas sistémicas, no inferiores a 8 ó 12 años desde
que son abordadas. Se discute y conjetura, aún, sobre las recuperaciones del
crecimiento del PIB en, “V”, “W”, “U” ó “L”.
Extender y elevar el periodo de previsiones
programables, de dos a más de cuatro cuatrienios, es, en estas circunstancias,
y desde estos puntos de vista,
completamente innecesario e infundable,
salvo para adoptar y justificar hoy, para tan largo plazo, el régimen
urbanístico que active o se proponga conservar, valores inmobiliarios
especulados.
Lo paradójico es que la revisión no aborde el
aprendizaje y reflexión sobre lo revisado, la experiencia habida de 16 años de
vigencia, en cuanto los hechos han mostrado infundado e irrealizable, las previsiones
forzosamente inejecutadas, en su coincidencia y concurrencia con el mayor e
irrepetible auge habido, y la naturaleza y envergadura de los problemas que de
su inejecución, interrupción, e imposible compleción, se derivan, y que
permanecen aún irreconocidos e indiagnosticados.
Sugerencias al
AVANCE RPG97
La proyección y duración temporal de determinaciones
urbanísticas que planea el Avance ha de responder a los tiempos de producción material
y urbanística de las certezas hoy establecibles, sin extenderse,
innecesariamente, a periodos impronosticables, concretando los criterios y plazos para su ratificación o
revisión.
Las previsiones de crecimiento de la territorialidad
urbana, solo cabe referirlas a las de crecimiento de empleo, determinantes de
la migración económica, y la formación de hogares, y a las capacidades de pago
y endeudamiento de las poblaciones a las que se dirijan.
Los distintos y comunes problemas urbanísticos, de
máxima envergadura, aún inabordados, que hoy presentan las áreas de crecimiento
incompletas, inconsolidables o inejecutadas, habrían de ser, expresamente
identificados y diagnosticados.
La experiencia vivida, en la que aún nos encontramos,
de los 16 años de vigencia del Plan que se revisa, en los que han tenido
cabida, un estancamiento, 1997-2000, un auge, excepcional, 2000-2009, y una
recesión sistémica, 2009-2013, aún inacabada, y sus consecuencias, no pueden
ser ignoradas, y han de integrase en los saberes y fundamentos del nuevo plan,
limitando sus proyecciones, y sin pretender que los escenarios del nuevo
periodo de 16 o 20 años al que se dirige, sean en exclusiva, de crecimiento
sostenido ininterrumpido, y excluyan tiempos de estancamiento o de nueva
recesión.
Serafín Sardina Vázquez. COAM 7538
Febrero 2014
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