Apoyar la creación de empleo
avanzado figura como uno de los objetivos estratégicos del Preavance; que entiende
como avanzado lo vinculado a empresas punteras, nuevas tecnologías,
investigación e innovación, administración financiero-empresarial, creatividad…;
empresas con gran capacidad para crecer y exportar, que incorporan tecnología y
mano de obra muy cualificada. Ese objetivo se justifica, correctamente, por su
efecto sobre valor añadido y competitividad, por su factor arrastre sobre otros
segmentos de actividad y empleo y, ante todo, por su capacidad de atraer
inversiones, Apoyar la creación de empleo avanzado figura como uno de los
objetivos estratégicos del Preavance. Ese objetivo se justifica –acertadamente-
por su efecto sobre la competitividad, por su factor arrastre sobre otros
segmentos de actividad y empleo, y por atraer inversiones, empleos y
crecimiento. Sin embargo, por mucho que crezca, ese empleo solo representará un
porcentaje del total y estará asociado a un perfil laboral y profesional
minoritario.
El esfuerzo dedicado a ordenar el
territorio como preparación a la llegada de empleo avanzado ha de ampliarse a
otros frentes; si no, aun siendo loable, el trato del tema de actividades
económicas parece voluntarista, en ocasiones sesgado e incompleto.
Voluntarismo
Respecto del empleo estratégico aún
reconociendo que un Plan no es un documento estratégico, el Preavance actúa
como si lo fuese. Anticipa determinaciones y, sobre todo, actuaciones de gran
capacidad y escala relativa como dando por hecho que si se realizan habrá
demanda bastante para garantizar su ocupación, sin explicar por qué. Pero
preparar el terreno no asegura el éxito.
Es sabido: no se crece para las
cosas, se crece con las cosas. Lo contrario es voluntarismo.
Madrid ha tenido sobredosis de
voluntarismos. Instalaciones olímpicas carísimas, concluidas o interrumpidas,
para unas olimpiadas que no llegaron ni probablemente lleguen en un futuro
próximo relevante. Cajas mágicas exageradas languideciendo sin que nada pase y
nadie las quiera. Urbanizaciones desmesuradas para unas viviendas que ni son ni
serán. Radiales para descongestionar un tráfico que no existe. No se construye
un gran aeropuerto para que vengan más aviones, se construye cuando ya vienen
muchos. En Silicón Valley cuando empezaron a llegar empresas informáticas no
había nada; comenzó a haberlo a medida que llegaron; fue una respuesta no una
anticipación; había una localización barata, fácil, conveniente, no demasiado
lejos de varias universidades de primer orden. No había un polígono tecnológico
terminado y a la espera; había un valle cuasi agrícola, buen acceso y porciones
de suburbio residencial.
Es difícil que un polígono
tecnológico se ocupe por recién llegados; es más frecuente que lo vayan
ocupando empresas que ya están y quieren crecer o mudarse. Las nuevas tienden a
preferir la certidumbre de un entorno conocido y comprobado, de una
localización acreditada; rara vez se instalan de golpe, a toda escala. Cuando
las grandes empresas del automóvil pensaron en instalarse en España no se
encontraron con una batería de polígonos o terrenos a la espera; hubo de
hacérseles sitio: una respuesta no un anticipo.
Esto no quiere decir que no hay que
pensar en cómo responder e incentivar oportunidades para ese tipo de empresas y
su empleo o en cómo transmitir, desde el
planeamiento, la imagen de que Madrid puede y sabe cómo dar respuesta a esas
demandas. Lo que quiere decir es que el modo de responder y el modo de
transmitir no es el de dibujar un deseado futuro voluntarista en distintos
ámbitos u operaciones. Hay, debe haber, otras maneras. El Preavance apunta
algunas:
-
Flexibilidad
de usos: posibilidad de implantación -ocupación en edificación y/o
emplazamientos existentes.
-
Mejora
funcional y cualitativa de ejes, determinadas zonas o polígonos existentes, con
buena localización, cuyo perfil actual de ocupación sea coherente.
-
Recuperación
y adecuación de enclaves o zonas -no muy extensas-con baja ocupación y de
pasado industrial o de almacenaje.
-
Posiblemente,
mecanismos urbanísticos que faciliten traslados (vg. mantenimiento o ampliación
del rango de uso cualificados y edificabilidad en edificio origen) e
implantaciones en tejidos urbanos existentes (con las facilidades o cautelas
que proceda).
-
Posiblemente,
calificaciones o recalificaciones (limitadas) de suelo en localizaciones
ventajosas por proximidad a determinados elementos clave (universidades,
centros de actividades singulares, nodos de comunicaciones…).
En contrapartida: se debería:
-
Comprobar
la capacidad de acogida de empleo (general y especializado) en las áreas que se
propone calificar, muy extensas.
-
Reconsiderar
la extensión, intensidad, contenidos, diseño y modo de actuación (unidades de
ejecución, plazos etc.) de la denominada operación: Delicias-Méndez Álvaro-Abroñigal
(que probablemente debería desdibujarse más y desdoblarse en varias).
Y ante todo:
-
Ahondar
en el soporte teórico del sistema locacional productivo, y de su estrategia o
modelo.
Sesgos
Al centrarse tanto en el empleo de
la nueva economía el Preavance no hace hincapié en el resto del empleo. Su
estrategia implícita tiene dos facetas y un complemento.
-
Implícito;
lo relativo a servicios, comercio etc.. Lo confía al buen andar de la
calificación de suelos y a los mecanismos de flexibilidad con que quiere dotar
al plan.
-
Implícito:
lo relativo a industria (y con ella a logística y almacenaje). Para lo mayor,
asume y se apoya en la estructura heredada de polígonos y suelos industriales,
mejorándola y completándola; para lo menor, mecanismos de flexibilidad.
-
Como
complemento de ambas: posibilidad de actuaciones de mayor porte en áreas
funcionales, y ejes de actividad, vía mecanismos especiales de evaluación de
impacto etc.
Esa estrategia implícita -que
contrasta con el dirigismo con que se aborda el asentamiento de la nueva
economía o del terciario avanzado- relega a un segundo lugar, o deja sin
tratar, otros importantes segmentos de empleo.
El grueso de los empleos madrileños no
son ‘avanzados’, y el perfil del desempleo lo es aún menos.
Empleo en la Comunidad
de Madrid. EPA 2012 T II (en miles)
|
||||
empleados
|
parados
|
total núm.
|
total %
|
|
Agricultura
|
10
|
9
|
19
|
0,6%
|
Industria
|
254
|
28
|
282
|
8,3%
|
Construcción
|
148
|
50
|
198
|
5,8%
|
Servicios
|
2.354
|
197
|
2.551
|
74,8%
|
Buscan 1r empleo o parado > 1 año
|
0
|
360
|
360
|
10,6%
|
Total
|
2.767
|
643
|
3.410
|
100,0%
|
Una gran parte está directamente está
relacionada con los residentes: funciones públicas o privadas de intendencia y
servicio. Permitir y facilitar su instalación sin imponer trabas innecesarias a
su evolución, y sin trastocar o mermar la calidad del entorno urbano es función
básica del Plan. El Preavance acierta al responder con la estrategia de usos y los
criterios de flexibilidad (sin prejuicio de los comentarios que ya se han presentado
sobre ambos temas -usos y flexibilidad).
Otra importante parte de los empleos
corresponde a trabajos cuya localización cambia y depende, como en el caso de
la construcción. Respecto de ellos el Plan poco puede decir, salvo en lo relativo
a movilidad y a condiciones del lugar de trabajo, en lo que fuese de su
competencia.
Hasta aquí, todo bien; pero con esto
no se agota el tema. Surgen al menos otras dos cosas sobre las que el Preavance
puede y debe tener mucho que decir. Las comentamos por separado.
Capitalidad
El Preavance no parece reconocer el
componente de empleo y edificación originado por la condición de doble capitalidad
-estatal y autonómica. El empleo público en la Comunidad de Madrid estaba en 524.900
en el tercer trimestre de 2011(según comunicación de Ministerio de trabajo) En
el municipio habría del orden de 275.000; Aun sin datos, 100.000 pueden ser de
la Administración Central; otros 120.000 de la Comunidad Autónoma, más, por
supuesto, los del propio Ayuntamiento y algunas otras entidades. Muchos de ellos
como en salud, educación etc. están distribuidos por doquier; pero mucho otros
no. ¿debe el Avance pensar en cómo optimizar su ubicación y en el uso de su
patrimonio edificado? Estimamos que sí.
Paro
No se puede entender que el
Preavance no hable del que en Madrid hay cientos de miles de personas en paro,(268.300
en 2011) y de que durante años el paro seguirá siendo un problema estructural.
El avance no debe ignorarlo; debe asumir que hay del orden de 230.000 personas
en busca de empleo y responder en lo que pueda. Es cierto que las estrategias
del Plan contribuirán positivamente tanto ayuden al asentamiento y crecimiento de
actividad económica o impulsen algo los ritmos de obras y construcción. Pero, probablemente
eso no baste y se tardaría mucho en resolver el problema. Frente a ello
convendría tener en cuenta dos factores. De un lado, una gran parte del
desempleo proviene de la construcción y/o tiene poca cualificación; de otro, el
Preavance da valor estratégico a la mejora sistemática del entorno urbano, con
especial énfasis en la calidad, imagen y habitabilidad de sus vías espacios
públicos. Unir los dos. Sopesar si un goteo de muchas actuaciones metabólicas
menores es estratégicamente preferible y compara bien con un número mucho menor
de actuaciones grandes; y analizarlo con interés tanto en las estrategias de
sostenibilidad como en los apartados de viabilidad económica.
¿Ciudades de…?
El Preavance habla de la
posibilidad, o conveniencia, de crear reductos especializados destinados a
actividades o hubs de actividades específicas, mencionando a título de ejemplo,
‘Ciudad de la Imagen’, ‘Ciudad del Cine’… y lo hace sin entrar a comentar en
qué casos pueden o no ser convenientes, porque hay ejemplos en uno y otro
sentido. Es un tema no menor, significativo por lo que revela, .
La noción de ‘Ciudad de’, habla de
un recinto específico, cerrado, especializado y con identidad propia. No es lo
mismo agrupar actividades de producción ‘cerrada’ -con escasa o nula relación
con otras actividades o con el público (salvo con los empleados que han de
acceder) que hacerlo con actividades que podrían interactuar con el resto. No
es lo mismo agrupar entidades menores para hacer un todo mayor (por ejemplo ‘Ciudad
del Outlet’ o incluso ‘Parque Científico’) que reconocer la condición de núcleo
de lo que, para existir, requiere gran escala (por ejemplo, Mercamadrid a la
que nadie llama ciudad de la alimentación- o los ‘Recintos Feriales’ que el
Preavance menciona y a los que no denomina ciudad de…).
En todo caso, y al margen de los
méritos o deméritos que en según qué casos para pueda tener este tipo de
conglomeración especializada, la expresión ‘ciudad de’ es un error; debe
rechazarse. Habla de lo ensimismado y distinto; propone implícitamente una urbe
que admite fragmentos cuasi autónomos reduciendo su engarce urbano a tan solo
una cuestión de accesibilidad; habla de diferencias y -lo quiera o no- de
exclusión o privilegio; habla de lo cerrado y distinto, de lo que una ciudad no
debe ser.
Reitero una petición atendida: cuando
se pensó en concentrar en Valdevebas todos los Juzgados etc. el conjunto se iba
a denominar Ciudad de la Justicia; comenté el dislate con quien fuese, lo
comprendió y paso a denominarse Campus de la Justicia.
Ciudad habla de cierres, Campus
habla de lo abierto, y accesible. También valen los nombre propios. Barajas,
Mercamadrid, Puerta del Sur… Pero no es sólo o principalmente cosa de nombre.
Es cosa ante todo de concepto segregar es, siempre, un riesgo.
Bernardo Ynzenga
Acha
No hay comentarios:
Publicar un comentario