- Ni nuestras necesidades, ni nuestros recursos,
ni nuestras potencialidades alcanzan para tanto como tenemos ya ordenado.
- Los crecimientos, intensivos o extensivos,
que se programen, planifiquen, revisen, o mantengan, han de referirse y
acreditarse en las realidades demográficas, de “población y empresas”, en las proyecciones previsibles o tendencias
que se promuevan, y en los flujos de crédito, que no pueden seguir ignorándose.
- La demografía empresarial ha de ser
igualmente evaluada.
- La ciudad no puede ni transformarse ni crecer
sin crédito,
y sus flujos han de encontrarse evaluados en su planificación.
- Tras el descenso de población habido entre 1990 y
1997, Madrid ha recuperado población desde 1997 hasta 2009, por saldos
migratorios positivos, iniciando en 2010 nuevos descensos.
- En las últimas décadas Madrid ha crecido más
en desocupación
y número de hogares, que en
número de habitantes, por disminución de los tamaños familiares.
- El crecimiento en el número de hogares, por disminución
del tamaño familiar, tiene techo, y este se habría alcanzado o
no tendría mucho más recorrido, ya que esta limitado por tamaños
familiares mínimos, irreducibles.
- El posible crecimiento
demográfico madrileño es exclusivamente migratorio.
- El crecimiento vegetativo negativo solo
puede verse alterado por las aportaciones inmigratorias.
- El crecimiento migratorio está vinculado y
limitado al crecimiento económico.
- Madrid ha perdido población, en los dos últimos
años 2010 y 2011, siendo esta la tendencia en los años inmediatos,
esperable en el periodo de recesión hasta restablecer el crecimiento
económico.
- La opción dominante para la población migrante
es el alquiler, por lo que este tipo de crecimiento demográfico
ha de asociarse a la promoción del incremento del parque de alquiler.
- El crecimiento del parque o de nuevas
viviendas impulsado por demandas de movilidad y migración internas, por
mejoras o adecuaciones en la localización o las características de la
vivienda, están limitados a la población de adquirentes solventes, escasos
en la inmigración económica.
- Las necesidades de reposición del parque
edificado se han visto drásticamente reducidas y restringidas por las
mejoras en los estándares, y renovaciones y rehabilitaciones de las
últimas décadas, y las políticas y objetivos de rehabilitación actuales.
- La definición solvente de riesgos inmobiliarios,
habrá de tomar en consideración las
limitaciones demográficas y territoriales, y esta llamada a consolidarse
en el restablecimiento del crédito.
- Emprender transformaciones urbanísticas que no
podrán culminarse por falta de destinatarios, o de retorno, tiene costes
socialmente no asumibles.
- Mantener aplicados recursos a transformaciones
que no podrán completarse por
falta de destinatarios, o de retorno, resultando en inmovilizados
improductivos, tiene costes socialmente no asumibles.
La actual planificación del Sureste no es sostenible.
- La dispersión de recursos, emprendiendo un
número no abarcable de proyectos que no podrán completarse, dañará la
recuperación y el desarrollo urbanos.
- La Identificación y selección de actuaciones
viables necesita de programación y dirección públicas.
- Las prioridades de transformación urbanísticas
apuntan, y habrían de enfocarse, a las RECENTRALIZACIONES Y EL ALQUILER.
- Los Desarrollos del SurEste habrían de
recuperar, criterios de magnitud y escala, de rango al menos DISTRITAL, y sus dimensiones estructurantes y estratégicas, como reservas de crecimiento a largo, o muy
largo plazo, orientadoras de decisiones futuras, aún por adoptar, cuyo detalle
o adopción anticipada las hace inviables y no sostenibles.
Serafín Sardina COAM 7538
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