Texto aparecido en http://studyingcities.com/2012/10/07/plan-general-de-madrid-a-debate-primera-parte/
Maria Beltran
El pasado miércoles 3 de octubre, por la
tarde, tuve la ocasión de asistir a la primera sesión de debate sobre El Plan General
de Ordenación Urbana (PGOU) de Madrid, organizado en LASEDE (el COAM) con
motivo de la Semana de la Arquitectura.
El Ayuntamiento de Madrid ha planteado
una revisión del PGOU de la ciudad, vigente desde 1997, con el objetivo de
adaptarse a los cambios legislativos en materia urbanística de los últimos
años; responder a una nueva realidad económica y social de la ciudad, y dotar
de una mayor transparencia y consenso político y ciudadano al proceso de
planificación urbana de Madrid.
“La Revisión del Plan
General de Ordenación Urbana de Madrid supone un importante esfuerzo de
reflexión y análisis del contexto normativo, económico y social de la ciudad, a
la vez que un fuerte compromiso con los madrileños con el objetivo de abordar
el diseño de un modelo de futuro, articulado en torno a la necesidad de avanzar
hacia un mejor posicionamiento de Madrid como ciudad de oportunidades
económicas, sostenible, cohesionada y con calidad de vida.”
(Presentación de la Revisión del Plan General, Preavance. Área de Gobierno de
Urbanismo y Vivienda, Ayuntamiento de Madrid).
Ésta es la teoría, pero ¿cómo se llevará
a cabo?, ¿se quedará el Nuevo Plan obsoleto al cabo de dos años como ha
ocurrido con los anteriores? ¿será capaz de llevar a la práctica toda esa
teoría y de verdad anticiparse a las futuras necesidades sociales, económicas y
medioambientales de la ciudad de Madrid? El nuevo PGOU no tendrá rango
normativo hasta 2016, pero de momento podemos consultar el borrador en
Internet, precisamente para que todos los madrileños opinemos.
Todos los ponentes de la mesa redonda
(Carlos Lahoz, Pilar Pereda, Javier González y José Antonio Granero Ramírez
-Decano del COAM-, moderados por Juan Mera) abrieron el debate coincidiendo en
la importancia de dotar al nuevo PGOU de una mayor flexibilidad. Se habló de
una mayor mezcla de usos, una menor rigidez a la hora de cambiar el uso de un
local o parcela, y una regulación únicamente de lo estrictamente básico –como
ocurre en mucho países del centro y el norte de Europa- donde el arquitecto
tenga un mayor margen de maniobra basándose en su propio sentido común.
Aunque el debate se abrió desde esa idea
de (1) mayor flexibilidad, en la que todos parecían estar de
acuerdo, algunos participantes del público señalaron, desde una vertiente un
poco más conservadora, el riesgo del “libre albedrío” y de echar al traste todo
lo regulado hasta el momento en materia urbanística. La principal función de la
Ley Urbana es regular el estatuto jurídico de la propiedad del suelo y no cabe
duda de que el derecho de la propiedad tiene que tener límites. Aún lejos de
las creativas soluciones para una mayor flexibilidad propuestas por algunos de
los ponentes-arquitectos, pero distanciándose también de las rigideces y
lagunas en materia de usos del suelo del plan del 97, el nuevo plan propone
flexibilidad mediante medidas como: detallar el uso actual específico de cada
una de las parcelas urbanas (y no el uso característico de la zona, como hacía
el del 97, donde todo el centro de Madrid aparece como “residencial”-muy lejos
de la realidad); o la implantación de horquillas de cambio de uso para cambio
de licencia, que variarán su flexibilidad dependiendo del porcentaje de
actividades económicas, residenciales, etc., del sector o eje de la ciudad
donde se encuentren.
Se debatió también la común equivocación
de un Plan General con un Plan Estratégico (que aborda muchos más aspectos) y
cómo el primero no puede resolver competencias del segundo, así como tampoco
puede resolver los aspectos de un plan territorial. Se apuntó (2) la falta de un Plan Estratégico y un
Plan Territorial en la Comunidad de Madrid, para abordar los problemas sociales, económicos
y medioambientales que el Nuevo PGOU intenta resolver. José Luis Infanzón
(Director General del Plan de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid)
explicó brevemente las características del nuevo PGOU y cómo una de las mayores
dificultades es el tratamiento del espacio público, acerca del cual el PGOU
dice poco o nada (haría falta un Plan Estratégico). El urbanismo funciona bien
cuando se regula en todas sus escalas y dijo “…Madrid está huérfano de un plan
territorial que introduzca criterios ordenadores vinculantes a municipios”. Se
afirmó incluso que los políticos locales nunca van a querer planes regionales,
porque les quitan poder (Eduardo Mangada, político y arquitecto, decía que el
mejor plan es el que siempre está evolucionando).
Más tarde, se habló de (3) la problemática de que un PGOU deba
resolver los problemas y las necesidades de la ciudad de Madrid de aquí a 15
años, y José Luis Infanzón explicó que se
deben establecer los aspectos estructurantes básicos para el futuro, pero no lo
que vaya a cambiar. ¿Esto significa que aunque el nuevo PGOU tenga rango
normativo, siempre será posible saltárselo como ha ocurrido con los anteriores?
Los cambios urbanísticos más importantes de los últimos años (las torres de la
Castellana, Madrid Río, etc.), no aparecían en el plan anterior, y sin embargo
se llevaron a cabo con una asombrosa rapidez.
Esta rápida actuación para determinados
proyectos (en la que unos pocos se lucraron) choca con otro de los temas que se
debatió en la sesión: (4) la lentitud del sistema a la hora de realizar cambios (que suelen llevar cerca de dos años) y
se planteó la cuestión de (5) por qué se intenta revisar/modificar un plan tantas veces en poco
tiempo.
Muchas de las propuestas del borrador
del nuevo plan tienen como objetivo precisamente corregir los dislates del
anterior plan, que proyectó un modelo de crecimiento ilimitado y puso a los
pies de los promotores inmobiliarios todo el suelo disponible. Pero, ¿cómo
adelantarse al futuro?, (6) ¿cómo evitar una nueva burbuja inmobiliaria o más grave aún que en caso
de sucederse, no lo atraviese, como pasó con el anterior plan, transversalmente
y lo convierta nuevamente en una herramienta meramente económica y al servicio
de la especulación y los mercados financieros? Se argumentó que la flexibilidad no
provoca necesariamente abaratamiento del suelo, y por lo tanto, hay que
controlarla.
En Madrid, hay suelo urbanizado para los
próximos 50 años, y en las próximas décadas no se podrá utilizar la “tan
socorrida” estrategia del todo urbanizable para salir de la crisis y potenciar
el desarrollo económico. Pero, (7) ¿cómo abordar esta sobrecalificación del suelo? ¿Cómo forzar un
abaratamiento del suelo?Las viviendas de Protección oficial
(VPO) ya tienen esta función, pero habría que buscar opciones para abaratar el
suelo de las actividades económicas, especialmente en el centro de Madrid. Al
ser Madrid una ciudad consolidada, se podría apostar por estrategias de
rehabilitación. Pero quizás para ello habría que recurrir a planes
estratégicos. Uno de los participantes comentó también la falta de personalización
del Plan con los problemas concretos de la ciudad de Madrid, que son muchos.
Madrid tiene problemas mayores (el tráfico…) que el Plan no abarca.
Además, las dificultades económicas que
Madrid atraviesa y (8) la dificultad de atraer capital privado extranjero para actividades
económicas. Javier González habló de cómo muchos
inversores extranjeros huyen horrorizados a otro país, al ver nuestra
legislación urbana.
Carlos Lahoz planteó la cuestión (9) ¿qué quiere ser Madrid de mayor? Madrid arrastra desde hace siglos una
falta de identidad de la ciudad, frente a otras capitales europeas (París,
Londres, Berlín). Puede que hasta los madrileños hablemos siempre mal de
nuestra ciudad. De lo que no cabe duda es de que hasta ahora “No la hemos
sabido contar”.
El debate concluyó con la siguiente
pregunta, (10)¿qué le pedirías tú al nuevo PGOU? Ésta es una pregunta que todos los
ciudadanos, todos los madrileños, deberíamos hacernos. Ya que tanto reclamamos
un sistema transparente, participativo, en el que la voz de todos los
ciudadanos se escuche a la hora de hacer ciudad, ésta es nuestra oportunidad.
Voy a terminar con un extracto del Plan.
Para todo aquél que haya leído a Jane Jacobs y haya seguido su lucha de
“activismo urbano y social” por salvar barrios como el hoy mundialmente
conocido “Greenwich Village”, en pleno Manhattan, algunas propuestas del
referido Plan sonarán un poco más a demagogia que a objetivos y estrategias
reales que verdaderamente se lleven a cabo y solucionen los problemas sociales
y urbanos de muchos barrios madrileños.
“(…) El Ayuntamiento
busca promover la igualdad de género desde el urbanismo, asegurando “un
equilibrio entre la vida privada y el espacio público”. Quiere luchar contra
“la segregación espacial”, es decir, los guetos, potenciando “la mezcla social
de rentas, orígenes y edades, y el equilibrio entre el centro y la periferia”.
Y desea garantizar la movilidad de menores, ancianos y discapacitados.“
“(…) Entre otras
estrategias, apuesta por reforzar la sensación de seguridad en la calle;
facilitar la “legibilidad” del espacio público para que resulte sencillo saber
dónde está uno y adónde va; restringir el aparcamiento a los vecinos; fomentar
los pequeños espacios verdes de cada barrio; y apostando por una “ciudad de
distancias cortas”. Para esto último, el nuevo plan pretende crear una zona
centro en cada distrito, que agrupe la necesidad ciudadana de dotaciones,
comercios, etcétera.“
Maria Beltran
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